miércoles, 13 de abril de 2011

EXPOSICIÓN SOBRE JUAN FARIAS

En la recientemente clausurada "Festa da lectura, do libro e da palabra" que se celebró en nuestra ciudad durante los días 6 a 10 del presente mes, destacó, junto a una variada oferta de conciertos, presentaciones de libros y otras actividades, la exposición dedicada al escritor Juan Farias con el subtítulo de "un mar de palabras".

He de reconocer que, tras su detenida observación, me asaltaron dos sentimientos contrapuestos. Por un lado, satisfacción por el hecho de que, gracias a esta iniciativa y otras como la del CEIP de Pazos de ponerle su nombre a su Biblioteca, parece que, por fin, por aquí vamos reconociendo el mérito de uno de los nuestros y el Concello da algunos pasos. Me encantó comprobar que la carpa del cantón estaba llena de chavales por lo que, a Juan Farias que les dedicó tanto tiempo y atención, le gustaría comprobar que le acompañaban. En el platillo de las cosas positivas también pondría la más que notable publicación del catálogo. Pero, por otro lado, confieso que me sentí un poco timada. La exposición era en muchos aspectos un calco de la que, procedente del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón, se le dedicó al mismo autor en el Centro Cultural Carballo Calero el curso pasado. Sí, es cierto, los paneles eran todos nuevos, traducidos al gallego, pero los textos eran casi los mismos, los cuadros de las ilustraciones de sus obras (esta vez meras fotografías) las mismas. Eso sí. Nos quedaba muy claro las obras del autor en gallego y lo que opinaban de él otros grandes autores gallegos de literatura juvenil de la talla de Fina Casalderrrey o Agustín Fernández Paz, entre otros. No vi detrás de la exposición una voluntad de innovación o de investigación en muchos aspectos de la obra del autor de Serantes, tan interesantes. Y lo que ya me pareció muy feo es que, si bien se citaba la fuente común de ambas exposiciones, los documentos de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, ni siquiera se citara la exposición precedente del ayuntamiento de la localidad madrileña, de donde es vecino, desde hace tantos años, nuestro autor. Es decir, nos muestran los de fuera lo que de aquí es valioso, pero no les agradecemos el detalle. Ah ¿y por cierto? Me queda la duda. ¿En qué idioma ha escrito el autor sus obras?


Pero, en fin, sin ánimo de polemizar, bienvenido sea el reconocimiento de su ciudad natal a un autor que nunca ha olvidado su tierra, que nos ha legado una de las obras mas coherentes del panorama actual y que profundiza en el nunca sencillo mundo de la infancia.

jueves, 17 de febrero de 2011

EMILIA PARDO BAZÁN. LA LUZ EN LA BATALLA.


El 22 de mayo de 1921 en su casa de la calle Princesa de Madrid, moría doña Emilia Pardo Bazán. Con ella desaparecía el último representante de la mejor generación de novelistas que, con permiso de Cervantes (y gracias a él), habían dado hasta ahora nuestras letras.
Pues si bien aún vivía un joven y destacado autor, Vicente Blasco Ibáñez, triunfador en Hollywood, que no se recató en el ambiente luctuoso que siguió al deceso de la condesa en hacer públicos detalles de su supuesta relación, el escritor valenciano pertenece sólo como epígono a esta generación de narradores realistas.
En efecto, tan sólo un año antes, el 4 de enero de 1920, había muerto, también en Madrid, el gran maestro: don Benito Pérez Galdós. Ya era apenas una sombra de lo que fue: ciego, impedido, semiarruinado. Amado del público pero controvertido en la crítica, injustamente postergado en el Nobel. Pero para doña Emilia, y a pesar de los años transcurridos desde su apasionado viaje por Alemania, seguía siendo el "miquiño amado" al que había dirigido ardientes cartas que son un placer releer en la edición de Carmen Bravo Villasante.
Años antes, 1905, había entrado entre los inmortales otro de los puntales de la novelística realista, don Juan Valera, cuya relación con nuestra aguerrida protagonista había sido algo controvertida. Admirador de la que calificaba de "diablo de mujer que tiene singular y muy raro talento", mostró con ella, en cartas dirigidas a don Marcelino Menéndez y Pelayo, una ironía que hoy nos ofende, como cuando ante la supuesta pretensión de la escritora coruñesa de entrar en la Academia comentó respecto a los sillones: "Usted no puede sentarse en ellos cómodamente, su circunferencia es mayor que la nuestra... Sería necesario encargar un sillón especial, de tamaño diferente, que estropearía el conjunto, y esto es imposible".

Pero este indigno ataque se queda corto ante los que la revolucionaria mujer recibió de otro de los grandes nombres de esta generación: Leopoldo Alas, desaparecido ya en 1901. Si bien al principio ambos gigantes se habían tratado con corrección y mutua admiración e incluso el asturiano había prologado el polémico estudio de la Pardo Bazán acerca del naturalismo, La cuestión palpitante, poco a poco el tono de las críticas de aquel fue degenerando hasta mostrar una auténtica "pardobazanfobia":  "¿Para qué quiere doña Emilia ser académica? ... Más vale que fume. Es como si se empeñara en ser guardia civila o de la policía secreta".
Esta inquina contra la mujer que busca su sitio en un mundo de hombres también la encontramos en los dos autores más veteranos de esta generación: Pedro Antonio de Alarcón y José María de Pereda. El primero nunca se sintió próximo a ella. Más bien tachaba de "mano negra de la literatura" su naturalismo que traería a nuestro país  "la anarquía universal, el amor libre y la irresponsabilidad de las acciones humanas". El segundo censuraba "los alardes de naturalismo de mal gusto" que con rancia caballerosidad le hacía ver en sus cartas "Perdone mi franqueza porque no sé mentir con las damas".
Todos estos detalles de la trastienda de nuestros grandes nombres del realismo pueden disfrutarse en la magnífica y amena biografía de la profesora Eva Acosta: Emilia Pardo Bazán. La luz en la batalla. Biografía (Barcelona: Lumen, 2007). Estos y otros más que tienen que ver con la oposición recibida de los llamados "regionalistas", plasmada en las tensas relaciones con Rosalía y su marido o Curros Enríquez. A pesar de su difícil carácter, en ocasiones, en estas páginas conmueve asistir a su descomunal lucha, de auténtica pionera, a la que nada se le ponía por delante. A la vez duele ver cómo su herencia humana fue brutalmente truncada en la guerra civil, así como su herencia material, tan dispersada, cuando no destruida por incultas pero poderosas manos. Menos mal que la Real Academia Gallega, cuya sede en la calle Tabernas fue cesión de los herederos de doña Emilia, vela por su legado en la emotiva Casa-Museo allí instalada.

jueves, 9 de diciembre de 2010

EL SUEÑO DEL CELTA

Tras la concesión del Premio Nóbel a Mario Vargas Llosa, leí con gran interés su última novela: El sueño del celta. No disfruté tanto como pensaba. Tal vez porque la temática nos acercaba a un mundo que preferimos ignorar, el de los horrores cometidos por la colonización salvaje en dos puntos tan dispares geográficamente como el Congo y la Amazonía. Sin embargo, al final, esta parte es la que, creo, resulta más interesante, la del periplo vital de Roger Casement en su documentación del salvaje genocidio cometido en aras de la civilización de zonas inexploradas por el hombre blanco. Más tediosa es la relación de su inútil sacrificio. Asistimos al devenir final de este diplomático honesto y sensible, que le lleva a entregar su vida por la independencia de su Irlanda natal. Después de haber defendido la dignidad de las tribus congoleñas y amazónicas, no sólo no ha recibido el reconocimiento merecido, sino que su persona y su lucha han sido denigrados por unos supuestos diarios íntimos, escandalosos para la época y hasta muy tarde, ni en la Irlanda independiente se ha querido reivindicar su figura.
Ya era hora que alguien, y mejor si es de la talla de Mario Vargas Llosa, se ocupara de reparar esta injusticia.

jueves, 2 de diciembre de 2010

ANA MARÍA MATUTE

Ya se ha adelantado el blog general en celebrar el merecidísimo galardón del Premio Cervantes a Ana María Matute. Pero nosotros en esta dinámica, tan saludable, de reflejar los premios a nuestros escritores, queremos sumarnos a lo allí indicado. Y sí, efectivamente, la expresión unánime es "¡Ya era hora!"
Qué gusto poder decir que se trata de un premio absolutamente justo porque Ana María Matute pertenece a la generación de esos pocos escritores que, en el desierto de la posguerra española, nos aliviaron la sed en su oasis. Aunque, conociéndola, casi la imagen que más le va es la de un bosque, un bosque lleno de fantasía y relatos que nos devuelven a nuestra infancia.
¡Enhorabuena y que nos dure muchos años!

lunes, 22 de noviembre de 2010

LA POESÍA DE ÁNGEL GONZÁLEZ

Acabo de terminar de leer una curiosa biografía de un poeta sobre otro poeta. Se trata de Mañana no será lo que Dios quiera (Alfaguara), en la que el granadino Luis García Montero, profesor y estudioso de otros líricos como Rafael Alberti, le dedica al gran poeta de la Generación de los 50, el asturiano Ángel González Muñiz (fallecido en Madrid en 2008).
En esta biografía trufada de poemas recorremos los antecedentes del poeta ovetense a través de las figuras de su abuelo y su padre, abnegados maestros que le abandonaron demasiado pronto. Asistimos al nacimiento de un tardío niño, muy querido, que ha de vivir la guerra y perderla. Perder a un hermano, perder a otro en el exilio, perder la plaza de maestra, su hermana, perder el trabajo de habilitada, su madre... Pérdidas que le harán ganar en profundidad y sentimiento. La obra nos deja al joven, recién curada su enfermedad tuberculosa no lejos de Galicia en tierras bercianas, iniciando su futuro como escritor. Toda una lección de saber perder, sin perder la memoria  ni la dignidad.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CENTENARIO DE MIGUEL HERNÁNDEZ

El día 30 de octubre pasado se cumplieron cien años del nacimiento de un poeta, de aspecto menudo, pero de alma grande: Miguel Hernández. Como estábamos de puente y de viaje, no pudimos colgar en este blog una entrada precisamente ese día. Lo hacemos ahora, a la vuelta, para homenajear, de alguna manera al gran poeta de Orihuela.
Pocas veces se ha dado en la historia el caso de una vocación poética más clara y más a contra corriente. Cabrero e hijo de cabreros, tuvo que abandonar los estudios muy pronto para ocuparse de las faenas del campo. Autodidacta, devoraba libros y pergeñaba versos al son del rumor del riachuelo y a la sombra de los pinos. Gran amigo de sus amigos. Gracias a Ramón Sijé y otros, recolectó el dinero para hacer el viaje a la capital, donde pudo entrar en contacto con grandes figuras de la Generación del 27 como Vicente Aleixandre o de la Literatura Hispanoamericana como Pablo Neruda, que admiraron la asombrosa maestría en su sencillez de un poeta que empezó gongorino y acabó siendo telúrico, mientras se ganaba la vida redactando entradas en la Enciclopedia taurina. El dinero se acababa y hubo de volver al pueblo, a llorar y a cantar la muerte tan temprana del "compañero del alma, compañero" y a reconciliarse con su amada costurera Josefina Manresa.
Comienzan los éxitos de sus obras Perito en Lunas (1923), El rayo que no cesa (1936). Pero la guerra absorbe toda su atención y, frente a otros poetas combatientes de boquilla, él se caló el casco y se vistió la guerrera, lanzándose a defender con las armas sus ideales. Ideales que consistían en la defensa de los más desfavorecidos como "El niño yuntero" o "Aceituneros" y otros que tomaron voz en Viento del pueblo (1937) o El hombre acecha (1938)..
El sufrimiento lo hizo crecer y el  martirio lo hizo grande. Detenido cuando había cruzado la frontera portuguesa, por llevar un reloj de oro demasiado ostentoso, regalo de boda de su amigo Vicente Aleixandre, pasó un verdadero calvario en las cárceles franquistas. Su primer hijo murió y el segundo fue amamantado con "sangre y cebolla". A  ninguno de los dos pudo ver crecer este magno poeta, cuyo retrato debemos a otro preso que sí sobrevivirá al horror: Antonio Buero Vallejo.  
Murió en la cárcel de Alicante un 28 de marzo de 1942.  
Sólo un testimonio de su voz, gracias a Alejo Carpentier, tenemos en su recitado de "Canción del esposo soldado". Serrat y Paco Ibáñez pusieron música a sus versos. Liberto Rabal lo encarnó en una notable serie de RTVE. Ahora disfrutamos de él y de sus obras, de cuya edición os recomendaré tan solo una: Corazón alado. Antología poética (Vicens Vives, 2010).

Y para terminar un breve poema:

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

martes, 19 de octubre de 2010

EDUARDO MENDOZA, PREMIO PLANETA 2010

De premio en premio y tiro porque me toca. Aunque no es que estén al mismo nivel, el Nobel y el Planeta -eso es otra discusión en la cual no entraremos pues nuestro ánimo es poco dado a controversias-, cualquier premio a uno de los grandes debe ser voceado. Y más en nuestro blog donde, como recordarán los queridos alumnos de 3º A, ahora ya de 4º, le dedicamos el curso pasado largas y divertidas sesiones de la mano del hilarante Gurb. Claro, nos referimos al inteligente, inclasificable y siempre vigente escritor barcelonés, Eduardo Mendoza. Como ya tenéis en otra entrada su biografía, no nos repetiremos. Sólo nos frotamos las manos, pensando en las venideras horas de auténtico placer estético que nos esperan cuando leamos su novela premiada. Espero que no tarde en estar en nuestras bien nutridas estanterías.
¡Buen curso y mejores lecturas!