Más o menos ese ha sido el tiempo que he tardado en devorar la biografía escrita por Ramón García Domínguez sobre su amigo Miguel Delibes de cerca (Destino, 2010) y eso que consta de 873 páginas. Claro que estamos de vacaciones y hay más tiempo, pero sí he de reconocer que he metido la directa.
Pero es que tampoco podía parar. Era tan fácil de leer, te llevaba de la mano en un recorrido apasionante por casi los90 años de don Miguel, desde sus orígenes hasta el mismo día de su muerte.
Si os preguntáis cómo ha podido este periodista culminar esta biografía a los tres meses de la muerte de Delibes, os diré que este libro recoge y pone al día otra biografía del mismo autor El quiosco de los helados que vio la luz en 2005. Aún así, hay que agradecerle a él y a la editorial, la vieja y querida editorial de Delibes, Destino, su celeridad ya que no son escasas las referencias a los cinco últimos años de la vida de Delibes.
Como nos explica el autor, la vida de Delibes puede dividirse en tres grandes bloques y por eso él segmenta su biografía en tres partes:
I. 1920-1947. "Antes y después del Premio Nadal". Desde su nacimiento hasta que gana el premio Nadal con su primera novela La sombra del ciprés es alargada, que le confirma en su vocación de escritor, pues como Delibes dijo, de no haber ganado "hubiese colgado la pluma". Aquí se nos relatan los antecedentes familiares del escritor, los Delibes, originarios de Francia y los Setién, de la montaña santanderina. Echamos de menos un árbol genealógico de ambas familias para seguir mejor la narración. A continuación, se nos hace una semblanza de la infancia y adolescencia del escritor hasta sus 15 años, que coincide con el estallido de la Guerra Civil. Observamos una característica-virtud de toda esta biografía, la abundancia de citas delibeanas. Para tratarse de un escritor que renunció a escribir sus memorias, ha aportado muchísimo material autobiográfico, pero hay que rastrearlo en su ingente obra y consideramos que no ha sido tarea sencilla para el biógrafo. El siguiente capítulo habla de la Guerra y de la experiencia del joven marino 377 A. Más amplio es el dedicado a la posguerra, en la que Delibes, con un gran sentido práctico, se busca las habichuelas opositando a la cátedra de Comercio y entra en su periódico de toda la vida El Norte de Castilla como caricaturista. El último capítulo de esta primera parte se dedica a su primer hijo y a su primera novela, con la que gana el Premio Nadal.
II. 1948-1974. "Antes y después de Ángeles". Como el propio Delibes nos dijo desolado, con la prematura muerte de su esposa se "ha muerto la mejor mitad de mí mismo". Estos más de 25 años de convivencia ocupan la parte central de la obra que comentamos y a ellos se dedican 7 capítulos. El último de estos glosa la figura de Ángeles de Castro, la esposa, fiel compañera y verdadero puntal del escritor. Antes recorremos la trayectoria novelística de un escritor que busca su camino y lo encuentra precisamente con su tercera novela El Camino, a la que se dedica el segundo capítulo. Sobre el binomio Delibes y periodismo leemos un amplio tercer capítulo y sobre su paso a la novela un cuarto. Otro va dedicado a su condición de novelista de Castilla y allí se nos comenta su novela Las ratas así como sus Viejas historias de Castilla la vieja y su viaje a Estados Unidos. El sexto capítulo recorre un amplio arco vital: sus Cinco horas con Mario, su Parábola del náufrago, su El príncipe destronado. Acaba con su nombramiento de académico, a cuya ceremonia ya no pudo acompañarlo Ángeles.
III. 1975-2010. "Antes y después de los setenta". A esa edad Delibes quería jubilarse de escritor y menos mal, que los personajes no le dejaron. Si no, nos hubiéramos quedado sin Señora de Rojo y sin El hereje.
Otros siete capítulos integran esta última parte en la que Delibes va reponiéndose del mazazo de su viudedad. Recorremos su vida hasta los setenta, su relación, tan fructífera, con el cine y el teatro, su vuelta a la novela con Los santos inocentes y Madera de héroe. Asistimos al comienzo de una larga lista de premios que culmina con el Cervantes en 1996. Se comenta, con un testigo de primera mano, la gestación de sus últimas novelas: Señora de rojo sobre fondo gris y El hereje, su novela más ambiciosa. El último capítulo se dedica a sus años después de los ochenta, con muchos homenajes pero con enfermedades y achaques.
La obra es una delicia, escuchamos a Delibes en todo momento, se nos aparece como lo imaginábamos sus lectores: insobornable, recto, a veces cabezota, fiel a sí mismo y a su ética, muy familiar, deportista, amante de la naturaleza, de su Valladolid, de sus gentes, de sus personajes, de sus amigos.
El acompañamiento fotográfico en tres bloques es exhaustivo, pero ya se sabe que los lectores son difíciles de contentar. Sí se echa de menos un índice onomástico que facilite la búsqueda y la relectura. Pero, en fin, la nota que ponemos a esta biografía es muy alta: un 9,5. No os la perdáis.
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